La encargada de preparar el te en la obra es una mujer menuda, delgada y de aspecto fragil, con ojos pequenhos y brillantes y pelo negro y duro, recogido en un diminuto monho. Se sienta en cuclillas al lado de la olla y vigila que los troncos no dejen de arder y los ladrillos no dejen de calentar. Se rie mucho, con la risa ilusionada de una ninha pequenha pero que muestra una triste dentadura de abuela cansada. Seria incapaz de calcular su edad: a veces parece la ninha que rie, a veces parece la anciana cansada
É como cando paseabamos por Bruicedo, Paradavella, Burón... e topabámos con paisanos de ollos vidrosos e mans coma noces pero alma e soriso de rapaces coa mellor memoria do mundo.
ResponderEliminarQue fermosas historias debe saber esa vella!
isto estase a converter nunha intima conversa entre dous poetas nostalxicos...
ResponderEliminarcomo me gusta...
As túas historietas son boa inspiración.
ResponderEliminarNon deixes de escribir.